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De prisión a la PNP: policías que admitieron colaborar con narcos salieron de la cárcel, volvieron a funciones y fueron ascendidos

PNP - Vraem

Un grupo de policías que salió de prisión preventiva en abril del 2022 tras ser implicados en una red criminal que colaboraba con narcotraficantes del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) volvió a sus puestos de trabajo y hasta fue ascendido, pese a que se declararon culpables, según un informe difundido este viernes por Hildebrandt en sus trece.

El caso, bautizado como ‘Mecanismo’, estalló en diciembre de 2019, cuando la Fiscalía Antidrogas de Andahuaylas detuvo a 17 efectivos, la mayoría destacados en la comisaría de Pillcopata (Cusco). La banda operaba en la zona limítrofe de esta región y Madre de Dios. De acuerdo con la revista, fueron acusados de cobrar cupos y de “arranchar” cargamentos de droga a los traficantes de droga.

La detención de los agentes ocurrió seis meses después de la captura del narco Julio César Talledo, alias ‘Sinchi’, y 13 de sus cómplices, incluido el jefe de la comisaría de Pillcopata y dos sus subordinados, quienes se acogieron a la colaboración eficaz. Ese primer operativo fue clave para armar uno de los casos más sólidos de corrupción policial en las entrañas del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), la mayor cuenca cocalera del país.

Entre los detenidos en diciembre de 2019 estuvieron los coroneles Manuel Mar Pérez (exjefe de la Región Policial de Cusco) y Julio Rojas Briones (exjefe de Inspectoría de la Región Policial del Cusco), así como el comandante Daniel Valdivia Oblitas (exjefe de la División Policial de Quipicachi-Urcos), el único que no enfrentó prisión preliminar.

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De acuerdo con la revista, que revisó el expediente y verificó la “vasta evidencia que incrimina a los involucrados”, tres de los uniformados confesaron que cobraban cupos a la organización del narco comandada por ‘Sinchi’, que eventualmente robaban cargamentos de droga utilizando a civiles disfrazados con uniformes de la Policía Nacional (PNP), que alquilaban sus fusiles a los narcos y que en ocasiones financiaban la producción de cocaína para hacer negocio.

Otros cinco suboficiales que reconocieron sus delitos dieron la misma versión. Por ejemplo, el suboficial Julio Cruz Gonzales, luego de su captura, optó por admitir que invirtió 10 mil soles en un pase de droga para hacer negocio y explicó el modus operandi de los policías involucrados en el cobro de cupos, incluido los altos mandos.

“Si había S/ 10.000, para el coronel eran S/ 600 y para el comandante eran S/ 500 y para el patrullero era S/ 200 y lo demás era repartido”, afirmó ante la Fiscalía tras indicar que no solo ‘Sinchi’ era quien ofrecía el dinero, sino otros narcos de la zona identificados como ‘Aguilar’ y ‘Gringo’.

El plazo de prisión preventiva concluyó en abril de 2022 y 14 policías fueron directamente a sus puestos de trabajo tras quedar en libertad. Según el reportaje, que cita un documento policial, doce de los imputados fueron destacados en comisarías de Cusco, Tacna y Lima. Seis agentes, incluso, fueron ascendidos, entre ellos el suboficial Víctor Cahuantico, quien confesó sus delitos en el 2019.

Los suboficiales Pedro Pocohuanca y Julio Cruz Gonzales, que se declararon culpables de cobrar cupos a narcos, también aparecen en la lista de efectivos en actividad: Pocohuanca labora en la Escuela Técnica Superior de Puente Piedra y Cruz, en la comisaría rural de Limatambo (Cusco), recoge la revista.

Narcos libres y pesquisa petardeada

Alias ‘Sinchi’ quedó en libertad por exceso de carcelería en diciembre de 2012, sin sentencia firme, y hoy se encuentra prófugo, al igual que todos los imputados por narcotráfico. No ha sido el único revés de esta investigación, una de las más emblemáticas de los últimos años.

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El caso ’Mecanismo’ fue perjudicado por las actitudes del magistrado Edward Díaz, miembro de la Fiscalía Especializada contra la Criminalidad Organizada de Lima, quien lo dividió en dos carpetas —una para policías y otra para narcotraficantes— y lo debilitó con falta de celeridad, según el informe.

Lo hizo pese a que había recibido un expediente del Juzgado de Andahuaylas, en el que los implicados estaban plenamente identificados y había pruebas contundentes como escuchas legales y el seguimiento a los oficiales.

El Vraem es una extensa región de selva montañosa que sigue en estado de emergencia desde hace más de una década, de donde sale aproximadamente la mitad de la cocaína que produce Perú, considerado el segundo productor mundial de esta sustancia, después de Colombia. En este valle, el tráfico de drogas convive con los remanentes de Sendero Luminoso.

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