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Rune estuvo contra las cuerdas pero superó a Cerúndolo

París, 5 jun. Rozó el milagro el argentino Francisco Cerúndolo en Roland Garros contra el danés Holger Rune, sexta raqueta del mundo, contra quien cayó en un ‘super tie break’ en el quinto set que le apea de los primeros cuartos de final de su carrera, por 7-6 (3), 3-6, 6-4, 1-6 y 7-6 (7) en casi cuatro horas.

La derrota del de Buenos Aires, que completó su mejor actuación en un Grand Slam, deja a su amigo Tomás Etcheverry como último argentino del cuadro individual, en el que se jugará el pase cuartos contra el japonés Yoshihito Nishioka.

El danés se medirá por un puesto en sus primeras semifinales contra el noruego Casper Ruud, el mismo que le derrotó hace un año en cuartos.

Cualquiera pudo ganar un partido eléctrico disputado en la pista Suzanne Lenglen, la segunda más grande del complejo, el tenista de Buenos Aires se quedó a las puertas de guillotinar a su segundo top-10 consecutivo, que habría sido el quinto de una temporada brillante.

Ha ganado seis de los ocho duelos que ha disputado en su carrera contra un top-10 y cinco de los ocho que ha jugado sobre tierra batida.

Con un juego intenso, sin bajar los brazos, Cerúndolo acabó poniendo contra las cuerdas al danés de 20 años, obligándole a dar el máximo en el último extremo de un partido que ya no podía ir más lejos, entre dos tenistas que se pusieron al límite.

No le amilanó el currículum del sexto jugador del momento, finalista de Montecarlo y Roma, en una demostración de personalidad del bonaerense de 24 años, que tiene ya asegurado ingresar entre los 20 mejores del mundo.

Cerúndolo no le perdió la cara en ningún momento al partido, pese a la entidad de un rival que llegaba con buenos datos, tras haber alcanzado las finales de Montecarlo y Roma.

El argentino remontó un 5-2 en contra en el primer set para forzar un juego de desempate en el que se le marchó el parcial, antes de mostrarse muy superior en el segundo, tras romper el servicio del danés en el cuarto juego.

Peleó con fuerza el tercero hasta que una decisión controvertida del árbitro pareció sacarle del partido. Le quitó un punto porque habló antes de que la bola tocara el suelo, lo que provocó intensos abucheos en la grada.

El cuarto fue un paseo militar para Cerúndolo, mientras que su rival parecía resignado a jugarse el pase a cuartos en el definitivo quinto, en el que, con más de tres horas en las piernas, cada bola pesaba el doble.

El argentino pudo adelantarse en el octavo juego, cuando desperdició un 0-40 para colocarse 5-3 y servicio para cerrar el duelo, pero no remató a Rune, que le devolvió la moneda con creces para situarse 5-4 y su saque.

Pero de nuevo reaccionó el de Buenos Aires, que recuperó el servicio y abocó el duelo al cara o cruz del juego de desempate prolongado.

Había que ganar diez puntos y ninguno de los dos veinteañeros lograba sacar ventaja, hasta que en el tramo final Cerúndolo dejó escapar dos pelotas consecutivas por milímetros y dio la primera bola de partido al danés, que el argentino estrelló en la red poniendo final a su mejor Roland Garros.

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