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Los 5 defectos leves que admite la ITV: aunque tu coche los tenga, aprobará la inspección técnica

ITV. Imagen de archivo.

La Inspección Técnica de Vehículos es un trámite en ocasiones tedioso pero necesario para poder acreditar la seguridad del vehículo durante la conducción y evitar sufrir accidentes. Por esta razón, las empresas de ITV, en línea con lo establecido en la legalidad, exigen un nivel de corrección muy exigente. Sin embargo, el proceso de examen del vehículo también considera que algunas faltas no son tan graves como otras, por eso se han determinado diferencias en cuanto a la gravedad de los fallos que puede tener el vehículo.

Según define la Dirección General de Tráfico, un vehículo tiene una falta leve durante el examen de la ITV cuando este tiene un defecto que no tiene un impacto directo en la seguridad o en las emisiones contaminantes.

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A pesar de considerarse fallos leves, la Dirección General de Tráfico insiste en la importancia de subsanarlos lo antes posible, ya que aumentarán la seguridad en el vehículo. Además, tal y como indica la dirección dependiente del Ministerio del Interior, estos pequeños fallos se deben reparar tras superar el examen técnico del vehículo.

Es imprescindible tener en cuenta que este tipo de fallos, por muy leves que se consideren, es posible que sigan desarrollándose y empeorando su estado, por lo que pueden llegar a derivar en un problema más grave y poner en peligro la seguridad vial tanto de los conductores, como de los peatones.

5 ejemplos de faltas leves

Entre las muchas faltas leves que están recogidas en el reglamento regulador de la Inspección Técnica de Vehículos, la DGT ha compartido algunos ejemplos, los que más comunes entre los conductores que superan el examen, para concienciar a los ciudadanos de las diferencias entre faltas leves y graves.

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La matrícula es uno de los elementos fundamentales de los vehículos, permite tanto a las autoridades, como a los demás conductores identificar el vehículo, por ello, si la matrícula está abollada, doblada o tiene algún arañazo, durante el examen, los técnicos podrían considerar que esta circunstancia constituye una falta leve.

Los limpiaparabrisas también son una parte importante del coche, principalmente en épocas de lluvias. En caso de constar con un parabrisas defectuoso, el vehículo en cuestión podría causar un accidente por eso, si las escobillas se encuentran desgastadas, el sistema tiene algún fallo cuando se acciona o el depósito de agua para limpiar el cristal es escaso, se podría considerar como una falta leve.

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El claxon si no suena o supera los decibelios permitidos será necesario que el conductor responsable del vehículo acuda a su reparación. Reparación que también tendrá que cometer si la carrocería presenta arañazos, pequeños golpes o desperfectos. La DGT considera que la carrocería se podría llegar a oxidar, por eso también puede considerarse falta leve.

Una de las pruebas más habituales de la Inspección Técnica de Vehículos es la comprobación del estado de las luces, tanto interiores como exteriores. No llevar en buenas condiciones las luces de carretera es una falta grave, no obstante, llevar fundida una bombilla de posición, es, tan solo, un fallo leve.

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