Las criptomonedas son un activo digital innovador que han experimentado un crecimiento monumental en los últimos tiempos debido a varios elementos que contribuyen a ello, entre ellos que algunos gobiernos hayan decidido darles una oportunidad como moneda de curso legal; no obstante, también han sufrido descalabros que han puesto en duda su viabilidad, como el más reciente episodio conocido como el «criptoinvierno».
Pese a este panorama, cada vez más personas han empezado a adquirir criptomonedas para poder invertir en algo «seguro» y «fiable» tanto a corto como a largo plazo, a pesar de los niveles extremos de inestabilidad que sufre constantemente.
El precio de las criptomonedas
Esta es la cotización de las criptodivisas más destacadas en este momento.
El bitcoin cotiza este día en 24.746,07 dólares, lo que implica un cambio de 2,27% en las últimas horas.
La segunda criptomoneda más popular del mercado, ethereum, ha mostrado un movimiento de 1,38% en las últimas 24 horas, por lo que su valor se ubica en 1.703,51 dólares.
Sobre Tether US, cotiza en 1 dólares, por lo que en el último día tuvo un movimiento de -0,06%.
Por su parte, BNB tiene un valor de 309,37 dólares, con un cambio de 0,15%, en tanto que el litecoin hace lo propio con 84,35 dólares tras una variación de 3,16%.
Finalmente, el dogecoin, una de las monedas virtuales que ha impulsado el propio Elon Musk, tiene un valor de 0,07 dólares tras presentar un cambio de 2,39% en las últimas 24 horas.
Criptoinvierno, el último golpe a las criptomonedas
En mayo de 2022 las monedas virtuales dejaron al descubierto que, por más que lo intenten, no pueden escapar del apetito especulador, luego de que el llamado “criptoinvierno” o “criptocrash” hundiera en los valores mínimos a varias monedas digitales como el bitcoin, ethereum y LUNA de Terra, situación que dejó en la calle a muchos inversores.
Se le nombra “criptoinvierno” cuando los precios caen sorpresivamente y no se ve o pronostica ninguna mejoría en los próximos seis meses.
Este último episodio fue impulsado por varios elementos: la inflación en el mundo y la propuesta de prohibir el uso y la extracción de estas en Rusia, actualmente en conflicto con Ucrania.
Este inquietante término además alude no sólo a la fuerte caída de las criptomonedas, sino también a la disminución del volumen de operaciones y meses de estancamiento del mercado, un fenómeno que tampoco es nuevo, pues recién en el 2018 se vivió un hecho similar.
Sin embargo, el sabor de boca que ha dejado la más reciente crisis difiere de lo vivido hace cuatro años, pues este criptocrash ha afectado a todas las monedas digitales en un efecto dominó y no sólo unas cuantas, por lo que el miedo de que los efectos negativos puedan persistir por más tiempo son latentes.
La última crisis llevó al bitcoin a caer sorpresivamente un 77% de su valor, hasta llegar a la barrera de los 28,000 dólares; mientras que otras como Ethereum perdió el 30.88% de su valor en ese mes. El efecto dominó también afectó a la “stablecoin” de Terra, LUNA, que cayó más del 100% al pasar de los 118 dólares a valer 0,09 dólares, golpe del cual aún no se puede recuperar.
Pese al actual panorama, aún hay quienes guardan la esperanza de que las monedas virtuales se recuperen, mientras que otros, con esa misma fe, han invertido en ellas aprovechando el reciente descalabro que también ha dejado sin ahorros a otros.
Criptomonedas en América Latina
Criptomonedas en Argentina: pese a que en Argentina las divisas digitales no están legalizadas, su uso ha ido en aumento tras las décadas de inestabilidad financiera a la que los ciudadanos han tenido que enfrentarse, convirtiéndose en uno de los países latinoamericanos con mayor presencia de criptomonedas. Sobre esta línea, el presidente Alberto Fernández ha sugerido su uso para combatir la inflación.
Además del bitcoin, otra de las criptomonedas más populares es la de LUNA, un token con el que se cotiza en el sistema de Terra y que puede ser comprada desde la plataforma Tienda Crypto. Dicha criptodivisa ha logrado tener un máximo histórico de hasta 119.18 dólares.
Criptomonedas en México: el Banco de México (Banxico) ha determinado que ninguna de las instituciones que participan en el sistema financiero nacional podrá hacer uso o deberá permitir operaciones de ninguna clase a través de este medio de pago.
Sin embargo, un estudio realizado en el 2022 por la firma Finder, se tiene registro de que en el país hay alrededor de 12 millones de mexicanos que poseen criptomonedas, siendo 59% hombres y 41% mujeres.
En México el empresario Ricardo Salinas Pliego, uno de los más ricos del país, ha mostrado interés en las criptomonedas y ha asegurado que varios de sus negocios aceptarán bitcoin en el futuro, incluido su banco; actualmente una de sus tiendas más populares ya lo hace.
Criptomonedas en Perú: el Banco Central de Reserva del Perú (BCR) ha dejado en claro que su misión no es ser el primero ni el segundo banco central que regule el uso de las criptomonedas, ello debido a la inestabilidad que las caracteriza. Sin embargo, hace días el presidente del (BCR) aseguró que el BCR trabajaba en un proyecto de moneda digital propia.
Criptomonedas en Colombia: en la nación sudamericana hay más de 500 sitios donde es permitido pagar con criptodivisas. Colombia ocupa el puesto 14 entre 26 países de adpción de criptomonedas, según el informe de Finder.
Criptomonedas en Centroamérica: en el gobierno de El Salvador, le ha dado su voto de confianza y el pasado 9 de junio de 2021 se convirtió en el primer país en legalizar el bitcoin como moneda legal. Además, el presidente Nayib Bukele anunció su intención de crear la primera Bitcoin City en Conchagua y estaría financiada a través de bonos tokenizados con respaldo en bitcoin.
Criptomonedas, ¿actividad industrial?
Ante un panorama en el que la economía mundial enfrenta diversos retos como la inflación, la guerra rusoucraniana, la afectación en las cadenas de suministros por la pandemia del COVID-19 y otros elementos, los gobiernos han comenzado a replantearse alternativas antes impensables, como el hecho de regularizar las criptomonedas.
Recientemente el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, vetó un proyecto de ley con el que se pretendía reconocer la minería de las criptomonedas como una actividad industrial y, ante ello, establecer un porcentaje para fijar la cuota de consumo, entre otros requerimientos.
La iniciativa ―que seguirá en discusión en ambas cámaras para decidir si se respeta o no el veto presidencial― ha levantado más de una ceja ante las consideraciones y los posibles alcances que podría tener, pues cabe recordar que El Salvador es el único país en el mundo que ha reconocido el bitcoin como una divisa de curso legal.
El proyecto paraguayo, que ya había sido avalado antes por el Congreso, propone que la tarifa para la minería de las monedas digitales no exceda el 15% con relación a la tarifa industrial vigente, asimismo, otorga permisos para proveedores de servicios y de los mineros.
Otro de los aspectos más relevantes es que se propone crear una dependencia que se especialice meramente en las monedas digitales y establezca sanciones, así como otro tipo de medidas.
Sin embargo, el decreto presidencial hace referencia que la minería de criptoactivos se caracteriza por un alto consumo de energía eléctrica y escasa utilización de mano de obra, por lo que no puede ser categorizada como consumo industrial, sino como consumo electro intensivo que además pueden comprometer el desarrollo de la industria nacional, ya que podría darse la situación de que el país se vea obligado a importar energía eléctrica en un futuro no tan lejano.
Sobre los hechos, el Banco Central Paraguayo ha alertado que ninguna de las criptomonedas que existen hoy día están respaldadas por ninguna autoridad monetaria, por lo que no está supervisada, no garantiza protección o seguridad a quienes las usan y son inversiones altamente riesgosas.