Los dos estrenaron entrenadores: Diego Martínez en Boca y Sebastián Grazzini en Platense. Pero las ilusiones que se suelen generar en los comienzos de los nuevos ciclos se frustraron cuando arrancó el partido. Tanto al Xeneize como al Calamar les faltaron profundidad y eficacia en la definición. Se repartieron los tiempos: el primero fue de Platense, mientras que el segundo fue todo de Boca. Los ingresos de Cavani y Zenón cambiaron el espíritu del equipo de Martínez y si bien arrinconó al local, no logró quebrar el cero. Un arranque con más dudas que certezas. Leer más
